Eduardo Roca «Choco»: Claves para una identidad
– Virginia Alberdi –
Choco brilla con luz propia. Quizás no todos los habitantes de la isla caribeña sepan que su nombre es Eduardo Roca, pero cuando dices Choco -nombre familiar con el que firma sus piezas- entienden que estás hablando de un artista al que todos admiran por contribuir al corazón de la cultura cubana.. Esa percepción se ha ido forjando a lo largo del tiempo y está respaldada por la regularidad de una producción artística consistente..
La participación en salones y bienales y los premios que ha recibido han contribuido a la notoriedad de su obra y dado visibilidad a su impronta artística.. A ello hay que añadir su temprano y posteriormente creciente reconocimiento en los círculos internacionales.. Los propietarios de galerías y coleccionistas de arte quedaron cautivados por el artista cuando se hizo conocido en América Latina., Europa, los Estados Unidos, y japón. En su caso, estas experiencias alimentaron sus impulsos creativos y extrajeron una conexión esencial que está presente en toda su obra, que el artista ha establecido con la nacionalidad cubana.
Está familiarizado con la técnica de impresión, en particular la colagrafía, y la domina como pocos.,. Aparecen elementos neoexpresionistas en su creación, donde siempre está presente la cubanía más intensa. Eso es evidente tanto en los rasgos físicos de sus figuras humanas como en las texturas de la piel y la atmósfera de cada composición.. Para verificar esto, examinar el repertorio de imágenes que se muestran en la galería ArteMorfosis. Gente coronada por pájaros, frutas, y sombreros; caras de consistencia mineral que brillan con colores terrenales; mujeres distribuidas en el espacio; una bailarina de gesto irradiante; una Venus que se salva del pecado original; todos y cada uno de ellos sobre fondos de abundantes texturas. Su pintura, con figuraciones relacionadas con las de sus grabados muestra su dominio de esta forma de arte. Las esculturas policromadas se entierran en la madera por el misterio de las fibras vegetales.
Desde un punto de vista técnico, el espectador de las obras expuestas podría ignorar la diferencia entre pintura y grabado, ya que lo que importa e impacta es el resultado visual. El artista asume realmente ambas líneas de realización sin detenerse en compartimentos estancos. La naturaleza porosa de las fronteras entre una y otra forma se debe al carácter y dominio de la técnica colagráfica y a la internalización de los efectos de esta última en los procedimientos de pintura.. Pintura, grabado, escultura: Choco es uno e indivisible. Resume la sabiduría ancestral y la vitalidad inquebrantable.
la Habana, septiembre 2016
Virginia Alberdi Benítez (la Habana, 1947) Egresado del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona, 1970. Crítico de arte, editor-in-chief of Artecubano ediciones. Durante más de veinte años fue Especialista en Promoción del Consejo Nacional de Artes Plásticas (BOTÓN). Durante cinco años fue especialista senior en la galería Pequeño Espacio, en CNAP. Ha comisariado numerosas exposiciones individuales y colectivas.. Sus textos aparecen como colaboraciones en La Jiribilla, Periódico Granma, the tabloid Noticias de Arte Cubano, las revistas Artecubano, En Cuba, Acuarela. Ha escrito textos para catálogos de diferentes artistas..