La formación de una nación es un proceso en constante cambio y desarrollo en el tiempo., un fenómeno complejo que construye un panorama simbólico que se percibe en las características de su patrimonio urbano; Entendiéndose esto como evidencia sociopolítica del período en el que se materializó.. Este proceso trae consigo la aparición de islas simbólicas que responden a las proyecciones del "sistema" en la inmediatez de sus necesidades contextuales, evidenciarse en edificios arquitectónicos que, en lugar de estar aislados por la temporalidad de su construcción, se unifican como metáforas atemporales de los ciclos sociales que han moldeado la identidad del país. Referencias históricas que, despojados de su utilidad y función social, permanecen erguidos como ruinas emblemáticas que se vuelven transversales en fragmentos decorativos del retrato de una nación en transformación